La civilización maya habitó una vasta región ubicada geográficamente en el territorio del sur-sureste de México, específicamente en los cinco estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en los territorios de América Central de los actuales Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3000 años.

       Estos primeros mayas establecidos en la península de Yucatán, no estaban aislados, ya que fueron participantes activos de una red de interconexiones con otros grupos del resto de Mesoamérica y con la América Central. Estas redes transportaban principalmente personas y bienes, pero también servían de conductos para el intercambio de ideas.

        En el Preclásico Medio, los mayas habían empezado a atacar a grupos vecinos para tomar cautivos a quienes empleaban para el trabajo y para sacrificios rituales. Estos conflictos esporádicos expresaron y mantuvieron el predominio de una entidad sobre otra y aumentaron el prestigio el predominio de una entidad sobre otra y aumentaron el prestigio de los dirigentes victoriosos, mientras que a menudo eliminaban a los jefes vencidos en los sacrificios. Con el tiempo, fue adoptada la opción competitiva extrema: el conflicto militar abierto entre entidades, con objeto de aumentar el dominio de los vencedores sobre personas tierras y riquezas.